jueves, 27 de abril de 2017

MARIA VICTORIA MOYANO, ARQUERA DE ATLETICO CHASCOMUS, UNA DE LAS FIGURAS QUE TUVO EL TORNEO, NOS CUENTA LO QUE VIVIERON EN PRIMERA PERSONA

"Este es mi equipo y por él doy todo, orgullosa de ser Lechona, orgullosa de ser de Atlético Chascomús".

EN PRIMERA PERSONA

Quisimos compartir con ustedes algo de lo que vivió el primer equipo de Atlético Chascomús que participó del campeonato Regional de Clubes Damas B y obtuvo históricamente un tercer puesto y ascenso a la A.

Y qué mejor que elegir a María Victoria Moyano para que nos cuente lo que vivieron en Bahía Blanca, que mejor que ella, que las vivió todas en el club de sus amores y que hoy no para de festejar lo conseguido, no solo con su equipo sino también, logró ser elegida por entrenadores y jugadoras del torneo como la mejor arquera.

Mariví, como todos la conocemos, nos describe todo lo que vivieron y lo que les ha dejado un torneo que para ellas resultará inolvidable.

Partimos el miércoles 19 de abril hacia Bahía Blanca, una delegación compuesta por 19 jugadoras, 2 jefas de equipo, nuestro entrenador y preparador físico.
Para algunos era una experiencia nueva, para otros, un torneo muy conocido pero en una categoría nueva, la más alta a la que habíamos llegado hasta el momento.
Nuestro primer objetivo era mantenernos allí, no descender. Para ello había que arrancar bien, y así lo hicimos.

El primer partido fue el jueves 20, bien temprano, a las 8 de la mañana, y arrancamos ganándole a Tiro Federal de Bahía Blanca, 5 a 1 jugando bien, con tres goles de Piti Etchegoyen, uno de Mica Reynoso y el restante de Fer Guerra.
Por supuesto que quien empieza así siempre quiere más, si ganamos el siguiente nos asegurábamos clasificar a cuartos de final y cumplir el primer objetivo.
Allá fuimos el jueves por la tarde a enfrentar a Social de Chacabuco, esta vez ganamos 2-0 con goles de Mariela Sullings y Piti Etchegoyen.

Muy felices, con nuevos objetivos, y las ganas de querer siempre más. Nos quedaba el último partido por puntos contra River de Mar del Plata.
El viernes por la mañana nos jugábamos el primer puesto de la zona, y lo conseguimos, en un muy difícil partido. Empatamos 2-2, con goles de Rocío Bravi y Mica Reynoso y por diferencia de goles pasamos primeras a cuartos de final.

Y en estas instancias, es ley, uno siempre quiere más, nos tocaba un rival más que conocido y muy complicado, nuestro compañero de liga, Social Junín.
Fue un partido peleadísimo, de ida y vuelta, era para cualquiera, pero lo supimos controlar mejor y ganamos, 2-1 con anotaciones de Ro Bravi y Fer Guerra. Con el triunfo habíamos logrado algo histórico para nuestro club, estar entre los cuatro mejores de un Argentino B.

Cuando uno llega tan alto, es inmensamente feliz, no se conforma, pensábamos, llegamos hasta acá, ahora tenemos la posibilidad de ascender y llevarnos una medalla y allá fuimos.

En semifinales quedaron tres equipos de Bahía Blanca y nosotras. 
Todo muy complicado, todo en contra teníamos, jugábamos el sábado a la tarde contra “El Nacional”, en su cancha y con su público era todo muy emocionante.
Ya en semis empezamos muy desconcentradas y terminamos los primeros dos cuartos 0-2 abajo, en el entretiempo Tito (DT) nos habló, nos motivó y nos guió para corregir errores y potenciar virtudes, salimos al tercer cuarto con todo y descontamos, 1-2, gol de Mica Reynoso.
 A partir de ese gol, empezamos a tener un rival extra, uno que no esperábamos, “los árbitros”, muy localistas. Todo lo dudoso era para ellas, todo lo nuestro era tarjetas, de hecho lo expulsan al DT por una pavada. En fin, no pudimos ampliar el marcador y así perdimos, controlando todo el final del partido y ellas pidiendo la hora.

Todavía había una chance de lograr el objetivo, nos quedaba la lucha por el bronce y el ascenso, y realmente fue una lucha a todo o nada.

El domingo al mediodía, último partido, nuevamente un equipo local, este caso “Argentino”.
Empezamos ganando y enseguida nos empataban. Así fuimos al descanso 2-2. Jugábamos mejor pero por algunos errores ellas nos empataron. Al tercer cuarto salimos con mente ganadora y enseguida nos pusimos 3-2 arriba, los 3 goles de Mica, nuestra goleadora.
Corrían los minutos, dominábamos y encarábamos hacia victoria. Pero volvieron a ser protagonistas los chicos del silbato. Esta vez no eran solo las dudosas, eran todas para ellas, inventaban faltas, sacaban tarjetas y ahí nos dejan sin el P.F.(Alexis Gil), sin técnicos, sin hinchada, y con la cancha inclinada en contra, nos inventan un corto y de la mano nos inventan el tercer gol de ellas, 3-3 y nos quedaba el último cuarto.
Párrafo aparte para los últimos 15 minutos, nos juntamos en el último entretiempo, estábamos entro lo caótico y lo místico, podíamos entrar en uno o el otro. Pero ahí demostramos de qué estábamos hechas, defendimos la camiseta y el honor como nunca antes en nuestra vida. Lo último que les dije a mis compañeras en esa charla fue, “nadie nos va a regalar nada, ya sabemos cómo esto, tenemos que salir a dejar la vida en ahora, defender con el alma y meter el siguiente gol, solo lo vamos a ganar con goles, no nos pueden robar eso”.
Cada corto que cobraban, cada ataque que hacían lo defendíamos como Leónidas y sus 300. Realmente era como una película, nos alentábamos solas, nos arengábamos de una manera que metíamos miedo.
Corto para ellas y Rocío la saca en la línea, lo festejamos como un gol. Seguíamos y seguíamos, nada nos paraba. Ida y vuelta, una batalla campal. En un ataque nuestro la perdemos y quedamos mal paradas, tapo un mano a mano que se convierte en contragolpe y termina en nuestro cuarto gol, lo mete Piti Etchegoyen, nuestra capitana.
Pero todavía faltaban algo de 8 minutos, una eternidad. Ellas seguían intentando, obviamente, tenían tantas ganas como nosotras. Faltando 3 minutos sacan a la arquera, se venían con todo. Nos echan una defensora con tarjeta amarilla, y todo parecía ser una gran obra macabra, pero nada nos mataba, cada golpe, cada tarjeta, cada corto en contra, todo nos potenciaba en actitud. 

Hasta que en un momento suena la chicharra, fue el sonido más hermoso que escuche en mi vida. Todas tiradas llorando, no había piernas ni para festejar, realmente lo habíamos dado todo, habíamos dejado la piel y la sangre en esa cancha. No lo podíamos creer, habíamos ganado, contra todo y contra todos, hicimos historia en nuestro club y en nuestra querida Cuenca, somos de la A.

En lo personal, y como frutilla del postre, a la hora de las premiaciones me eligieron la “Mejor arquera” del torneo, más que feliz, después de 21 años atajando que me llegue ahora un premio así es algo mágico, pero esto ni se acerca ese Bronce y ese ascenso que nadie esperaba de nosotras.
Este es mi equipo y por él doy todo, Orgullosa de ser Lechona, Orgullosa de ser de Atlético Chascomús.

Moyano en acción

Equipo de Atlético Chascomus que hizo historia en Bahía Blanca.